Va llegando, de a poco, el momento de decir basta a tanta depresión casi injustificada, no materializada.
Va siendo hora de que deje de lado el pesimismo de mi ser, de aceptar la realidad sin mirar el "antes", ni pensar en el "después".
Ya es tiempo de recoger algunas de las buenas cosas de las que puedo sentir orgullo y estampárselas en la jeta, humillando con la simpleza y la creatividad de lo hecho sin haberle pedido permiso a nadie.
Estarán creyendo que hoy pueden digitar lo que hago. Allá ellos, allá los que puedan pensar que soy un simple número que a fin de mes les sale caro. No soy caro, les está costando demasiado barato, por ahora.
PD: Hoy leí Naughty Bits , Werner y Esquizopedia.
martes, diciembre 12, 2006
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