Pasan las estaciones, Morón, Haedo, Ramos...
Miro sin mirar por las ventanillas buscando encontrar por donde entra el aire. Sigo recorriendo con la vista el vagón y me detengo en el piso. Allí, es allí donde muchos encontraron un signo de pertenencia, un lugar en común.
De a pares, con distintos modelos pero con la misma insignia. La pipeta de Nike.
Los que viajan conmigo, sin querer viajar conmigo, usan zapatillas Nike. Hay verdes, blancas, rojas, negras. Muchas, demasiadas. Miro mis pies. No, no uso hoy zapatillas.
Hago economía mental y estipulo que entre los cuatro pares de mi derecha hay no menos de dos mil pesos.
Retroceso. No hay mil pesos. Con lo que habrán pagado en total por esos cuatro pares no alcanzaría para pagar un par original.
No puedo dar fe que esas zapatillas no son originales, es una mera suposición (una mera discriminación?). Creo que hay gente que se gasta o gastaría $ 500 en unas de la pipeta originales.
martes, febrero 10, 2009
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