Los ojos llenos de lágrimas, la explosión del llanto incontrolable de mi mujer, fue el corolario de mi pasaje por Ituzaingó.
Obligado por perras circunstancias, el sábado mudé la Flia y sus petates a las oligarcas calles de Castelar.
Una nueva morada - anque más pequeña- donde las raíces crecerán un tiempo para sanar las heridas de una despedida no deseada.
Me mudaron los miedos, la inseguridad, la desprotección y la mala vecindad.
Nos fuímos bajo una lluvia torrencial, sin un abrazo ni un deseo de buena suerte.
lunes, marzo 03, 2008
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1 comentarios:
Osea soy tu sobrino
Y soy un blogger tambien.
Y me gusta lo que escrbis.
Y como escribis.
te dejo mi firma
tu sobrino que te quiere
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