Movilizar tiene sus costos, y esta vez quedaron pendientes algunas denuncias. Se contó ayer en la Plaza de Mayo que en William Morris, partido de Hurlingham, Luis Acuña consiguió subir a ómnibus a habitantes de villas de emergencia de la zona. En el regreso, se denunció, se les entregaron cinco pesos y una caja de vino a cada uno. La sorpresa fue que muchos no aceptaron la bebida alegando que no tomaban. Los organizadores insistieron: «Si no lo toman, pueden venderlo».
Así, refleja Ambito Financiero cómo se pobló la Plaza Congreso y la Plaza de Mayo, en la fiestita de Cristina que pagamos todos. La nueva política.
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