viernes, abril 23, 2010

Contar para atrás II


Pero no me siento mal. No anímicamente.


Me duele, si. Y mucho. Sentir la opresión, ardor y el frío en el cuerpo se vuelve muchas veces insoportables.


Ya no hay, en ese cajón, ninguna solución para el dolor. Por eso lo dejé de abrir.


Disimulo, actúo, miento. No me van a ver mordiendo una solo toalla. Tampoco verán, como veo yo, mis lágrimas frente al espejo, en las madrugadas que es insostenible el sufrimiento.


Al otro día estoy mejor. Los abrazo, juego, hablo y, mi mejor papel, apuesto al futuro.


Porque todos los tienen, lo imaginan, lo estructuran. Yo sé claramente que lo perdí.